miércoles, julio 18, 2007

Sobre La era de la discrepancia...



[La era de la discrepancia.
Arte y cultura visual en México 1968-1997
Concepción del proyecto:
Olivier Debroise y Cuauhtémoc Medina / Teratoma A.C.
Museo Universitario de Ciencias y Arte (MUCA Campus)
Ciudad Universitaria, México, D.F.
del 24 de febrero al 30 de septiembre de 2007]


SOBRE LA ERA DE LA DISCREPANCIA… Y DE LOS CURADORES

Por Luis Rius Caso
México, D.F., julio de 2007.

Sobre la muestra antológica titulada La era de la discrepancia, inaugurada hace unos tres meses en el Museo Universitario de Ciencias y Artes (MUCA), con un grueso catálogo (patrocinado por Jumex, Banamex, LG, Telmex, Colgate-Palmolive...), espero dedicar algunos artículos en ARTEVEN.COM, toda vez que es un intento de revisión histórica del arte y la cultura visual en México (entre 1968 y 1997), avalada por la UNAM, cuyo esfuerzo amerita atención (y preocupación).

Me dedicaré en este primer artículo al catálogo. En el texto introductorio titulado Genealogía de una exposición, Olivier Debroise y Cuauhtémoc Medina, autores del proyecto, explican el atribulado proceso de reconstrucción de memoria que tuvieron que emprender con un equipo de investigadores, para lograr algo así como un rescate de víctimas del discurso nacionalista y de otros planteamientos orientados a retener la centralidad del discurso sobre el arte. En este proceso reconocen a algunos artistas que emprendieron tareas de revisión del pasado artístico, invisible para la oficialidad cultural, pero en una nota apuntan:
A pesar de la importante plantilla de investigadores en historia y teoría del arte en el INBA y las universidades públicas, los esfuerzos académicos sobre este periodo brillan por su ausencia, salvo, claro está, los ensayos incluidos en Issa María Benítez Dueñas (Coordinadora), Hacia otra historia del arte en México...

Aún con ser sumamente valiosa la obra coordinada por Issa Benítez, su sola mención no alcanza. La ignorancia del comentario se deja sentir con toda su contundencia, aunque funciona para dejar clara la intención de los curadores de no referir nada que relativice su discurso, ni mucho menos que permita discrepar del mismo. Prefieren disfrazar su intento de mismidad expansiva con una retórica “contracultural” que en las últimas décadas ha resultado la mejor estrategia para homogeneizar discursos (sería urgente ya, analizar sus efectos en la historiografía del arte mexicano), antes que emprender un verdadero esfuerzo reflexivo que permita conexiones diversas, abrir interrogantes, problemáticas, nuevas miradas y abordajes sobre artistas y fenómenos artísticos de ese periodo.

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5 Comments:

Blogger Brenda J. Caro Cocotle said...

Te invito a que le eches una mirada a un breve y modesto artículo que tengo sobre "La era..." (que espero sea publicado pronto). La dirección es www.circuitoexterior.blogspot.com

12:55 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Luis,

Tus comentarios resultan imprescindibles y necesarios para apreciar la calidad de la investigación llevada a cabo en el CENIDIAP, y también reflejan el criterio tan cerrado de la curaduría de La Era de las Discrepancias, que aplicó un sesgo evidente la investigación, so pretexto de que "no se trata de una exposición histórica, sino de cortes epistemológicos". Peligroso resulta que este tipo de exposiciones se definan como "una era" ,cuando en realidad solo respalda una visión: la del "trabajo" de los dos curadores princiapales, Debroise y Medina.

Te invito a que leas mi artículo sobre La Era de la discrepancia en www.replica21.com

Saludos,

José Manuel Springer

3:39 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Querido José Manuel, mil gracias por tu comentario tan motivante, y sobre todo mil gracias por tu artículo en Réplica 21. Demuestras la importancia del diálogo entre colegas en un proyecto como el de "Discrepancias". El rigor y el tono que empleas nos beneficia a todos. Me interesaron en particular tu análisis personal del periodo y tu crítica a algunos de los fundamentos de "Discrepancias". La cita de Kosuth me parece acertadísima porque subraya el contenido de tu crítica, orientada a advertir el peligro de que el discurso artístico interiorice la perspectiva del mercado y la de la política, urgidas ambas del corto plazo.
Ojalá se advierta en futuras exposiciones diacrónicas y tan abarcadoras, la importancia de tener en cuenta que cada época tiene sus propios referentes y que se gana poco forzando genealogías, en busca de ancestros que en realidad no lo son, como bien demustras. Ligado a ello, me parece fundamental la mención que haces sobre el paso de la era de las discrepancias a la sociedad del espectáculo, lo cual es imprescindible considerar como punto de partida cuando se viaja a un pasado en el que la inconoformidad no era aún tan acomodaticia como en nuestro tiempo, ni un espejismo tan fácil de absorver.
Creo que pones sobre la mesa asuntos sobre los que urge pensar individual y colectivamente, como las consecuencias del abandono de la reflexión sobre el lugar que ocuparía hoy la discrepancia en la sociedad, entre las que señalas como una probable, los vínculos inamovibles de quienes construyen el relato del pasado y del presente, con artistas, movimientos y estrategias de mercado.
Te agardezco lo esclarecedor y estimulante de tu ertículo, así como tus comentarios. Un abrazo, Luis

2:39 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Estimada Brenda, leí con mucho interés tu artículo, es realmente especializado y sugerente. Te dejé un comentario que no sé si pudiste leer. Te agradecería mucho te pusieras en contacto. Felicidades por tu texto, y muchas gracias. Luis

12:20 a.m.  
Blogger Unknown said...

Resulta fructífero y alentador el hecho de que podamos ser espectadores y partícipes de un "diálogo", y "discrepancias" alrededor del mismo, siempre y cuando este genere una discusión creativa, la cual repercuta en la generación de nuevas ideas. Una revolución pacífica debe ser esclarecedora y la generación de conflictos, llevados por un buen camino puede traer como resultado, a partir del esfuerzo que este genera, respuestas constructivas.
Siempre convendrá cuidar el nivel de la discusión, así como la tolerancia a la pluralidad.

10:50 p.m.  

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